El aborto es una realidad en nuestro país. Por año más de 160 mil mujeres se ven obligadas a abortar, la mayor parte de ellas, en condiciones precarias, de manera ilegal, arriesgándose a sufrir secuelas físicas por abortos mal hechos o la cárcel en caso de ser descubiertas, sobre todo las mujeres trabajadoras y pobres. Ni siquiera existe el derecho al aborto terapéutico quitado por la dictadura militar apenas unos días antes de dejar el poder o en caso de violación. La criminalización del aborto es otra más de las políticas represivas y conservadoras de la democracia para ricos. Durante los veinte años de gobierno concertacionista poco y nada se hizo por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, muchas mujeres murieron o fueron encarceladas por realizarse abortos. La derecha reaccionaria y su presidente Piñera ha declaclarado que vetará cualquier posibilidad de que se aprueba el aborto terapéutico. Esto no es nuevo. La derecha se opone también a la distribución de la píldora del día después, buscando imponer su moral reaccionaria y represiva.
La falta de derechos sexuales y reproductivos es una realidad que sufrimos miles de personas diariamente. Así como también la falta de derecho a la salud o la educación. Son las herencias de la dictadura pinochetista, mantenidas por los gobiernos de la Concertación y la derecha, como vemos también en la lucha de más de cuatro meses contra la educación de mercado, que estudiantes secundarios y universitarios vienen protagonizando, cuando hemos visto en cada marcha la brutal represión de carabineros y fuerzas especiales, golpeando, reprimiendo, torturando incluso a adolescentes y jóvenes o cuando jóvenes secundarias han sido manoseadas y acosadas por los pacos, para amedrentar y acallar su lucha. ¡Ellos que hablan de defender la vida hoy, son los asesinos y violadores de derechos humanos de ayer!
La lucha de los estudiantes muestra que el único camino para conseguir nuestras demandas es la movilización. Es necesario que las mujeres y las organizaciones feministas, realicemos una gran campaña y una lucha en las calles, para lograr nuestra demanda de aborto legal y gratuito para todas. No es confiando en los políticos patronales de la Concertación y la derecha y su parlamento como lograremos nuestra demanda.
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